El Corán

Hoy adquirí mi tan deseado ejemplar de "El Noble Corán". Ya empecé a leerlo, y resulta muy interesante. Además es muy curioso todo lo que dice este Corán. Según El Libro solo quienes cumplan las palabras de Allah, podrán acceder a El Jardín Sagrado. Y asombrosamente yo iría al Jardín Sagrado cuando muera. Si todos respetásemos lo que cada religión sostiene en sus santas escrituras, sin duda seríamos mejores personas (obviamente no acatando absolutamente todo, pero si los principios de igualdad y de fraternidad, que también está en la Biblia)

Mi versión de "Los Mirasoles" Acto I


Cándido:_ ¿Escuchás eso Monica? El tren. Me recuerda a mis días en la política. ¿Te acordás?
Mónica:_ (melancólicamente) Si, me acuerdo. El tren... el tren del correo ¿hoy es domingo no?
Cándido:_ Si.
Mónica:_ Ah, pensé que era sábado. Los días pasan muy lentos sin Manuel José. ¿Traerá una carta de mi hijito de Buenos Aires este tren?
Cándido:_ No lo sé. No tiene ningún motivo para escribir.
Mónica:_ Tal vez me extrañe.
Cándido:_ La vida de ciudad no te deja espacios para recordar un pueblo como este.
Mónica:_ Pero... (golpean) ¿Será el señor cartero que trae noticias de mi hijito?
Cándido:_ Pase.
(entra el Cartero)
Cartero:_ Doña Mónica, una carta de su hijo de Buenos Aires (busca en su bolso y le entrega la carta) Permiso, quedan cartas para entregar. Que tengan un buen día.
Mónica:_ Vaya (mutis) ¿Viste viejo? Te equivocabas (enarbola la carta).
(aparece el abuelo)
Abuelo:_ ¿Quién era?
Cándido:_ El cartero, trajo una carta de Manuel José.
Abuelo:_ ¿Manuel José? ¿y qué dice?
Mónica:_ A ver... (abre el sobre y comienza leer entre líneas) Dice que está bien, típico de él. Que en el tren viene un amigo suyo, secretario del gobernador, un hombre de la política, y viene a quedarse a esta casa. Dice que lo llamemos Doctor Centeno.
Cándido:_ Si es un hombre de la política debe ser un buen hombre.
Mónica:_ Además es amigo de Manuelito.
Cándido:_ Está decidido, el Doctor Centeno se queda en esta casa.
Abuelo:_ ¡Por Jesús! ¡Qué buenas noticias! (llamando a los gritos) Azucena, despierte a su tío Sofanor y venga que tenemos visitas.
Azucena:_ (desde fuera) ¡Ya voy!
(pausa)


(aparece Sofanor)
Sofanor:_ (todavía dominado por el sueño) ¿Qué pasa? ¿Para qué me levantaron tan temprano?
Abuelo:_ ¿Qué temprano? Si ya es la hora de la comida.
Cándido:_ Sofanor, tenemos visitas.
(golpean)
Mónica:_ (ansiosa) ¡Paseee!
(entra el doctor Centeno)
Centeno:_ Buenas...
(entra Azucena)
Azucena:_ ¿Quién.....?
Centeno y Azucena:_ (al unísono) Hola (risas timidas)

_____________________________________TELÓN_________________________________________

Una casa amarilla bajo un cielo verdoso


Solo pudo susurrar, te amo

Las mejores mujeres de mi vida
















La sonrisa,desbordaba por la alegría interior que reinaba en nuestros cuerpos.





Silencio (para ser leído en voz alta)


Él escuchaba atentamente, una hoja amarilla cayendo de un roble, tres voces gritando con energía, el susurro de su compañero de banco, la profesora dejando sus pisadas en el silencio, el sonido lúgubre de la tiza al raspar contra la pizarra. Sus latidos que producían ecos en su mente y su memoria. Recordaba grandes bosques y hermosas sonrisas. Volvía en sus recuerdos de su primer beso. Soñaba con el mundo que él quería. Jugaba con su pelo, reía disimuladamente, escribía por lo bajo, cantaba canciones fuera de moda. Se transportaba a lugares ya visitados, los volvía a recorrer con sus recuerdos. Rompía fotos para olvidar el pasado, escribía en su cuaderno de hojas amarillas. Emprendía viajes largos y agotadores. Se quedaba dormido y lo creía todo posible. Visitaba la tumba de su madre. Reaía pudorosamente. Le encantaba reir. Le encantaba el mundo y toda su magia.

Eva en la época Colonial












Eva vivía con su madre en una casa demasiado grande, al costado de las vías del tren. La madre de Eva, había sido heredera de infinitas tierras cerca de la Cordillera de los Andes, en Mendoza. La línea ferroviaria había sido colocada por su padre, para comunicar su finca con el puerto.
Eva justo volvía de Buenos Aires, en su tren de muchos lujos. Su madre, al igual que yo, la esperabamos con cierta ansia.
Eva bajó del tren, con su perro blanco, siempre reluciente. Eva llevaba un vestido blanco, con su melena rubia al viento. Esa imagen me recuerda mucho a la que luego fue Marilyn Monroe.
Eva portaba su sonrisa reluciente, como cada vez que soñaba con ella. Eva era feliz y yo también lo era.
Eva se fue y yo desperté.

Eva


Volví a soñar con esa mujer hermosa, la que me enseño a volar y a cantar sus bellas canciones.
Si, hablo de Eva.
Eva esta vez me enseño el mensaje de la rebelión. Me enseño a defenderme y a hacer justicia. Me enseñó a montar su unicornio azul y arcoiris.
Eva se escapó conmigo.
Eva y yo dejamos atras todo.
Eva y yo teníamos miedo.
Eva me obligó con sus dulces palabras a cruzar las vías.
Del otro lado ya no la vi más.
Y desperté

Hiper Activismo del S. XXI


Hoy uno camina y se cansa
de escuchar
Oh mi cabeza!
Todos corren y huelen
sus axilas transpiradas
Por el hiper Activismo!
Si ¿ y por qué más
sería?
Ya duele salir al mundo
----------------------------------------exterior.
Duele en los ojos.
Si todavía no lo notó
está a tiempo de
-------------cambiar.
No Corra,
Salga Temprano!!

Hoy



Soñaba
con un mundo perfecto...

Al acecho


¿Qué haría uno si se viese acechado en una sala de cine, si no pudieran hacer otra cosa que darse vuelta y descubrir que sigue ahi, y que sigue la vista fija en mi?

Cecilia corría en el viento








Cecilia quería solo la felicidad ajena, solo tenía buenas intenciones. Cecilia amaba que huelan su pelo. Cecilia amaba a su gato.
Hoy todos extrañamos a Cecilia. Ya no está en nuestro mundo.
Cecilia ya no está entre nosotros.
El gato de Cecilia la espera.
Yo la espero.
Todos la esperamos.
Cecilia.
Cecilia, Cecilia.
Ya no esta la dulce fragancia de tu cabello en el aire.
Ya no todo es alegría y sonrisas...
Ya no existe la felicidad en el mundo.