En este lugar se inventan todas las historias que existen, se juntan los Brön - que son los seres que habitan esta Parada- y le revelan los más hermosos cuentos a los humanos escritores que pasan por la Parada.
También es llamada por los filósofos La Parada de la Imaginación, ya que quienes pasan por ella, vuelven inspirados y llenos de buenas ideas. Pero, obviamente, los filósofos nunca pasaron por esta Parada, y no saben nada de nada. Pero esta Parada si existe.
Los escritores no hablan mucho de ella, porque se perdería la confianza en la lectura, ya nadie preferiría leer un cuento, porque perdería la magia y la inocencia. Pero los escritores si usan la inspiración regalada por los Brön.
El otro día llegué a la Parada, y me recibió Chün un brön muy generoso, inventor de los cuentos de animales. Me contó una historia muy linda de una cebra y un elefante. Me dijo que la contara a los hombres y la leyera a los niños.
Había una vez una cebra muy generosa que quería juntar a todos los animales para pedirle al hombre que deje de contaminar, porque el planeta estaba muy triste. Entonces habló primero con el elefante, y este se unió en el cometido. Y asi juntaron a todos los animales la cebra y el elefante juntos en en desierto del Sahara, en un oasis. Y asi hablaron con el hombre, y el hombre cambió. Y el planeta volvió a estar contento. Y colorín colorado, este cuento se ha acabado.Es una historia muy bella, por eso abracé a Chün cuando terminó de contármela. Parecía ser que el sabía lo que yo había ido a buscar a la Parada. Desperté y sonreí.
Los Brön están al servicio del hombre que escribe. Siempre un escritor mayor le transmite el secreto al joven, y así La Parada de las Historias continúa viva.
Y lo que los hombres escritores no saben, es que La Parada, fue inventada por un hombre, de carne y hueso - Carlo Collodi- hace muchos años. Carlo era un hombre muy bueno que quería que nadie se quede sin imaginación, y que siempre haya cuentos para niños, para que los niños crezcan con mundos mágicos e inventados, y puedan inventarlos ellos mismo cuando crezcan. Y todos seamos mejores hombres.